A veces, en comunicación, la sencillez obra milagros
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Marcos 4 ,26-34
El reino de Dios es amor. En este pasaje del Evangelio Jesús nos habla de cómo el reino de Dios crece, desde algo tan sencillo, tan pequeño como un grano de mostaza para convertirse en el mayor de los arbustos y dar, entre otras cosas, cobijo a las aves del campo para que aniden a su sombra.
Da cobijo y confort, les hace sentir bien, protegidos; algo tan grande, un grandioso arbusto, cuida lo pequeño, da un hogar a las aves del campo sin pedirles nada a cambio; bonita forma de expresar la grandeza y generosidad del reino de Dios.
¿Qué es el reino de Dios para un creyente? Es más que un lugar, es el estado de paz, seguridad y amor creado e inspirado por Dios para albergar a todos sus hijos y para el que, a su vez, somos, aunque no imprescindibles, sí necesarios instrumentos para que se desarrolle entre todos.
El reino de Dios es amor, amor sentido y amor dado; se da con generosidad, sin medida, sin esperar nada a cambio. El amor está en lo humilde, en lo sencillo, en lo pequeño y así nos lo dice Jesús al comparar el reino de Dios, el reino del amor, con el diminuto grano de mostaza.
Una pequeña semilla que lleva todo un gran árbol en su interior, deseoso de transformarse y darse al mundo con todo lo que contiene.
¿Cuantos granos de semillas hay dentro de nosotros? ¿cuáles son los míos? ¿cómo se manifiestan?
La siembra de esas semillas se hace desde la comunicación que mantenemos con los demás y con nosotros mismos. Quizá un gesto, un pensamiento, sean granos de semilla para hacer crecer dentro de mí y despertar en otros, el reino de Dios, vivirlo y expresarlo con los demás.
Dentro de mí, en el pensamiento que me inspira a sentirme bien, en paz y en el deseo de ayudar a otros. Y hacia los demás, en las palabras que pronunciamos, en los gestos, en los silencios que les hacen sentirse acompañados, espoleados y motivados para hacer, decir o expresar algo que les haga sentirse felices; una verdadera felicidad en la que todo cobra sentido, que todo tiene un porqué y un paraqué, incluso en los momentos más espinosos y de mayor dificultad, …
Que reconfortante es que alguien te sonría en un momento delicado. En esos momentos que nos sentimos perdidos y necesitamos sentirnos comprendidos, … buscamos con la mirada un gesto de apoyo, un salvavidas, algo que me diga, estoy aquí, contigo, te acompaño, juntos podremos afrontarlo, ... Y también cuando he cometido un error, grande o pequeño, error que me corroe por dentro, que me quitado la paz y la alegría, … ¿a quién no le ha ocurrido esto en alguna ocasión?..., y con esa compañía, con su cercanía, encuentro el perdón, me siento perdonado, escucho en sus palabras y veo en su mirada, a veces sin pronunciar palabras que me dice ¿Qué necesitas?, estoy aquí, dispuesto a ayudarte; no estás sólo, estoy contigo, cuenta conmigo, y en ese momento se hace la luz, escucho en mi interior las palabras que me dicen que he aprendido, siento un cosquilleo interior que me devuelve la alegría, la seguridad, ya veo cómo pensaré y actuaré la próxima vez, tengo la plena seguridad de que obraré bien y podré enmendar lo que necesito arreglar.
Llega la respuesta que, sin saberlo, estaba buscando, la que da sentido a todo, a la vida, … ese sentido que es el don de la fe, y el medio para hacer que aparezca, se desarrolle y crezca es posible que haya podido estar en la sencillez de la sonrisa de un ser humano instrumento de Dios, en su abrazo sincero, en un gesto, o en la palabra dicha con amor que ha llegado al corazón y hacen aflorar sentimientos de alegría y amor, … AMOR, ahí está el reino de Dios, el medio, cualquier semilla que ha prendido un corazón.
Qué grandes milagros obra la sencillez del amor.
Gloria a Dios
Preciosa reflexión con la que no puedo estar más de acuerdo, hermano. Da gusto escucharte y leerte.
ResponderEliminarGAD
Después de leer y releer tus reflexiones, Jesús, qué fácil es entender el verdadero significado del Reino de Dios y que verdad más grande que sin Amor no soy nadie. Muchas
ResponderEliminarQue bonitas palabras y que bien expresadas, muchas gracias Jesús y que ese AMOR tan grande inunde nuestros corazones y a la vez sepamos transmitirlo a los demás
EliminarLa sencillez del amor y tu acierto en recordárnoslo. ¡Qué Dios te siga bendiciendo!
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